jueves, 13 de diciembre de 2018


¿EXISTE   EL   VOTO   RURAL?
(Reflexiones a partir de las elecciones andaluzas del 2-D)


Creíamos superado el tradicional discurso ruralista que definía el mundo rural como un cuerpo social homogéneo, encerrado en sí mismo, y he aquí que de nuevo surge con ocasión de las elecciones andaluzas en forma, esta vez, de un supuesto “voto rural”.

Al igual que antes se hablaba, con bastante falta de rigor, del “voto cautivo” (por el PER y otros programas asistenciales) para explicar (y de paso deslegitimar) el voto socialista en las áreas rurales de Andalucía, ahora se anda a la búsqueda del “voto rural” por si ayuda a explicar los sorprendentes resultados que se han dado en dichas elecciones (como el ascenso de Vox). Algunos periodistas, incluso han ido sin ningún escrúpulo a descubrir el voto populista en los núcleos rurales.

Es lícito hacer análisis detallados de las elecciones y estudiar cómo ha sido el voto en determinados tipos de municipios, y realizar las pertinentes comparaciones. Eso es una cosa y otra bien distinta hablar del voto rural como si la población rural de hoy tuviera un perfil social uniforme, cuando es todo lo contrario.

En cada núcleo rural vive hoy una población muy heterogénea, no sólo en variables demográficas (edad, sexo, raza,..) y socio-culturales (religión, ideología, creencias,...), sino también socioeconómicas (nivel de renta, nivel de estudios, profesión, actividad,…), lo que hace que la realidad del mundo rural sea muy diversa y variada.

Además, el mundo rural de la España actual no es un mundo cerrado, sino abierto. Al igual que ocurre con la población urbana, la que vive en los núcleos rurales es también una sociedad abierta, que recibe multitud de información de muy variadas fuentes: canales de televisión, revistas especializadas, emisoras de radio, prensa digital,… además del boca a boca que, al igual que en cualquier bar de una ciudad, tiene lugar en los bares del pueblo.

Esto hace que el mundo rural sea muy plural, y que las personas que en él residen, y que son las que votan, expresen de forma muy variada su voto en cada convocatoria electoral. Porque no votan los territorios, sino las personas según sus preferencias, definidas, entre otras cosas, en función de su condición y situación socioeconómica, y del entorno social en que viven.

En el mundo rural, hay agricultores de muchos tipos (propietarios de pequeñas, medianas y grandes explotaciones, arrendatarios,…), pero también empresarios no agrícolas y profesionales de los más variados sectores, así como pensionistas de las más diversas categorías. Todo eso le da al mundo rural de hoy una diversidad, que es uno de sus grandes valores.

Por eso, hay que ser muy cautos a la hora de hablar de la existencia de un “voto rural”, como si el mundo rural fuera un cuerpo social uniforme y homogéneo.

En ese contexto abierto y plural, no tiene mucho sentido explicar la orientación del voto de las personas que residen en los núcleos rurales por el hecho de ser población rural. Habría que explicarla más bien por sus características socio-demográficas y culturales y por su situación social y económica, una situación que puede que no sea muy diferente de la que experimenta la población que vive en la barriada de una gran ciudad.

El descontento con la situación económica, la irritación por el tema independentista catalán, la indignación ante los casos de corrupción política, el malestar por los recortes en el sistema de bienestar, la escasez de servicios, el fenómeno migratorio,… son temas que lo mismo son percibidos por una persona que vive en un pueblo, que por otra que vive en un barrio urbano, siempre que el entorno social sea similar. Por eso, en entornos sociales semejantes, los factores sociodemográficos y los socioeconómicos explican mejor las posibles diferencias de voto, que los relacionados con el territorio.

Es verdad que en temas identitarios, como la caza, la pesca o los toros, o en el tema medioambiental, la población que reside en el medio rural puede ser especialmente sensible, dada su mayor interacción con la naturaleza, pero también es verdad que esos temas están influyendo también en el voto de determinados sectores urbanos.

De hecho, el análisis de Kiko Llaneras de los resultados electorales del 2-D nos dice, por ejemplo, que, en los pueblos con bajas densidades de población, el voto a Vox (que hace bandera de los temas identitarios) ha sido muy similar al del conjunto de Andalucía (en torno al 10%), habiendo sido mayor en los municipios (rurales o urbanos) de rentas más altas. Asimismo, en los 20 municipios andaluces más poblados, el voto a Vox ha alcanzado de media el 15%.

Respecto al tema de la inmigración (otro elemento fundamental del programa de Vox), las diferencias de voto no radican en el hecho de que los votantes vivan en un municipio rural o urbano, sino en las características del entorno social, incidiendo en ello el mayor o menor porcentaje de población inmigrante de fuera de la UE existente en el territorio.

Por ejemplo, en los 20 municipios andaluces con más población extranjera no comunitaria, el voto a Vox se ha doblado hasta alcanzar cifras por encima del 19%, muchos de ellos municipios del litoral almeriense y ciudades tan grandes como Algeciras.

En conclusión, creo que no se puede hablar con un mínimo de rigor de la existencia de un “voto rural” en el mundo tan diverso, variado y abierto como es el de la España rural de hoy.

La población que vive en los núcleos rurales se expresa con la misma pluralidad que la población urbana, y sus preferencias como electores varían en función de los mismos factores demográficos, culturales, socio-económicos y situacionales.

8 comentarios:

  1. Gracias por los datos y la clara explicación.
    Saludos!

    ResponderEliminar
  2. Descripción realista de ese mundo rural-Eduardo-al igual que hoy habría que aplicar a otras regiones y/o áreas rurales más diseminadas,pobres e incluso casi en extinción o abandono por parte del abandono "político" y consiguiente huída de sus habitantes. Sólo ven a los políticos cuando buscan sus votos y se aprovechan de su falta de educación y preparación para abordar ese intrincado mercado de la oferta-demanda donde prevalece el más fuerte.LA AGRICULTURA ES HOY UN SECTOR PRIMARIO EN TODOS LOS ASPECTOS. Examínense los políticos. Angel

    ResponderEliminar
  3. Gracias, Eduardo por los datos. Creo que así, como lo describes.

    ResponderEliminar
  4. Muito boa análise, Moyano. Guardadas as significativas diferenças entre o Brasil e a Espanha, acho que a análise se aplica também para nós. Abraço

    ResponderEliminar
  5. Creo que la diversidad social, cultural...es un hecho horizontal que afecta a toda la población habite en núcleos " urbanos" o "rurales". Por otra parte habria que indagar, en el caso andaluz, sobre las causas reales de la abstención, del abandono del voto tradicional. Nos daría informacion sobre los procesos de cambio politico que intuyo, yo tambien, que afecta a las ciudades y a los pueblos.¿ Qué está pasando?

    ResponderEliminar
  6. Muchas gracias, Eduardo por tu aportación de datos y análisis, que me parece muy bien ajustado a la realidad. En los núcleos rurales se está bien informado y esto lleva a sus habitantes a disponer de elementos de juicio, además de otros muchos fenómenos.

    ResponderEliminar
  7. Totalmente de acuerdo con Eduardo. La diversidad social de las zonas "rurales" en España no puede simplificarse con esa etiqueta de "rural". Hay factores que seguramente explican mucho más el comportamiento electoral de los votantes, algunos de carácter más general (como el deterioro de elementos concretos del estado del bienestar) y otros más localizados (como la presencia de la inmigración extra-UE, como muy acertadamente señala Eduardo). Y en todo caso, siempre está cómo todos esos factores se proyectan en la escala local, o cómo lo que se haga a escala local contribuya a modificar, en su caso, la decisión del votante (pese a que se esté hablando de elecciones autonómicas, y no locales). Cuando el voto no leal a unas siglas es importante (y no por casualidad es con frecuencia el que decide el resultado final), estamos ante un proceso de toma de decisiones complejo y en el que intervienen factores muy diversos, con importancia variable, que en cualquier caso no pueden simplificarse con etiquetas como la de "rural".

    En todo caso, y más allá de esta cuestión, al hilo de aspectos como la emergencia de la ultraderecha, o el empecinamiento independentista, me preocupa el deterioro de lo que ha sido un sistema de valores, basados, entre otros principios, en la equidad social, y que ha contribuido decididamente a la modernización de la sociedad española. Me preocupa que también en nuestro país tengamos dirigentes que, bien alineados con personajes como Trump, Bolsonaro, Salvini o Le Pen, estén contribuyendo a denostar y desvalorizar un principio tan importante como el de la equidad social, por el que tanto se ha luchado en nuestro país y por el que tanto han apostado los que hemos conocido algunos de los efectos de la postguerra. Y me duele enormemente que, entre las jóvenes generaciones, también de políticos (y no es necesario poner nombres), no se mantenga la suficiente memoria histórica de lo que ha supuesto el periodo de mayor progreso y modernización social que ha vivido este país.

    Felicidades Eduardo.

    ResponderEliminar
  8. Completamente de acuerdo, Eduardo. No hay voto "rural" en el sentido de que ese voto responda a una imaginaria "cultura" específica rural. Si puede haber voto "rural", es decir, voto que se aparta de forma significativade de la mededia nacional o que contraste con el voto medio de las zonas urbanas (que no es el caso de estas elecciones anadaluzas)se debería a las peculiares características sociodemográficas la población rural. Y todo eso dependiendo de qué se entienda por ruarl.
    Hay mucho analista de ocasión e improvisación, además de mucho estereotipo.

    ResponderEliminar